¡Por fin una canción del viernes en viernes! Y para hacer las cosas más insólitas de un estilo que rara vez tiene cabida por aquí. Seamos sinceros; el heavy es ideal cuando tienes quince años, pero rara vez consigue acompañarnos más allá de la adolescencia excepto en casos de militancia que generalmente poco tiene que ver con la música en si. Pero las excepciones son canela fina, música capaz de hacerte atravesar las paredes. Y cuando, como es el caso, lo hacen con un convencimiento apabullante, solo queda quitarse el cráneo y dejarse llevar por la imparable apisonadora sónica que pilotan estos chicos californianos.

Y no se trata de un caso de sutil búsqueda del punto de ruptura estilístico, de creación de nuevos géneros, de alquimia musical avanzada que trasciende las fronteras musicales. Nada más lejos de la realidad. Pareciera que estos chicos llevasen años encerrados en una habitación con los cuatro primeros discos de Black Sabbath (lista en Spotify) y un cargamento ilimitado de hierba. Colgados en el momento que el blues eléctrico blanco se retorció y adquirió la consistencia del hormigón armado, se dedican a desmenuzarlo en trozos grandes y pesados y arrojárnoslos a la cabeza con total despreocupación.

Su biografía en allmusic es de lo más reveladora y simpática. Después de un inicial éxito en círculos especializados, a la banda se le ofrece un lucrativo contrato que rechazan para encerrarse dos años escribiendo su siguiente disco. Cuando finalmente se le presenta a la compañía el resultado, nadie da crédito. El disco que les iba a lanzar al estrellato es una canción de 60 minutos, que el grupo se niega bajo ningún concepto a trocear en fragmentos de dimensiones más digeribles por la industria. Después de dos años de discusiones, firmes en su negativa y habiéndose fumado (sic) el adelanto de su contrato, el grupo se disuelve antes de hacer ninguna concesión. Con dos cojones.

Con historias como esta y el troglodítico y colocado blues-rock pesado que nos ofrecen, no es difícil tenerles simpatía. Lo dicho: a atravesar paredes.